El panorama poco alentador cambio a solo unas cuadras, en las oficinas de Información Turística donde luego de presentarnos y presentar nuestra situación, nos enviaron al Hostel Cafe-Cultubar La Catrina.
Allí nos dirigimos.
En el bar, barra de por medio, hablamos con Anita, quien estaba como encargada en ese momento. Le contamos de nuestro Viaje y de la necesidad de alojarnos en algún lugar, por lo menos por esa noche.
No contábamos con dinero, pero le ofrecíamos tocar en el lugar o ayudar en lo que fuera posible y necesario. Anita no vio esto imposible y tomo el teléfono para llamar a Charlie, dueño del Hostel y del Bar.
Luego de hablar unos pocos minutos, le paso el teléfono a Diego, que volvió a describir la situación.
-En unos minutos llama para decirnos si hay lugar disponible en el Hostel, comento Diego.
Lugar había, y también mas que buena voluntad, Charlie, que no sabia mas de nosotros que lo que una voz desconocida por un teléfono le contó, nos aseguro lugar por cuatro días, y nos pidió data para comenzar a armar las fechas retributivas a tal considerable gesto de su parte.
San Cristobal no nos deja irnos... finalmente la estadía en La Catrina se alargo a tres semanas.
Gracias Charlie y Anita por su inmenso corazón!