Los cuatro viajeros tenemos nuestras respectivas madres en Argentina, pero compartimos una imagen materna en Puerto Vallarta, y ese papel lo asume Tete.
A Tete la conocimos cuando llegamos a Vallarta por intermedio de nuestros amigos Los Faralae. Aquella noche, luego de un largo y agotador suplicio a través de las calurosas rutas mexicanas, terminamos viendo un lindo show de Faralae a orillas del mar en el bar "Cuates y Cuetes".
No hizo falta mucha presentación, para que se juntaran dos mesas y dispuestos a ella, Faralae, Tete y Viajeros nos quedáramos charlando hasta altas horas de la noche.
Tete no solo nos brindo su bar para que toquemos y nos alojo en su Hotel, sino que nos presento y nos hizo parte de todo su entorno, amistades y familia. Se preocupa porque cada día desayunemos, almorcemos o cenemos en el bar, y sobre todo nos brinda un afecto maternal.
No esta al alcance de nuestras manos hacer una devolución que este a la altura de toda la ayuda que nos brindo Tete, pero también sabemos que no es esperada por ella porque todo lo que hace por nosotros lo hace porque es una persona de un corazón gigante, un corazón que no se encuentra a menudo y en cualquier parte.
Por todo y por tanto... Gracias Tete y hasta pronto!